¿Cómo tener tiempo para dar consultorías a la par del trabajo?
El insumo principal para iniciar y hacer crecer tu negocio y consultoría independiente es, además de la experiencia, el tiempo.
Así como en una fábrica textil, el insumo principal es la tela, porque a partir de ella pueden producir la ropa.
En la consultoría, el tiempo es lo que permite conseguir clientes y atender clientes.
Por esa razón, una buena base sobre la cual se puede emprender y desarrollar el negocio es estableciendo una cantidad de horas a la semana que le vas a dedicar a tu emprendimiento.
Como lo he mencionado anteriormente, si lo vas a realizar a tiempo parcial, lo ideal es que puedas dedicar entre diez a quince horas a la semana.
Y si vas a dedicarte a tiempo completo, entonces lo ideal es entre cuarenta a cincuenta horas a la semana.
Por supuesto que cuando empiezas puedes dedicarle entre cinco, seis u ocho horas a la semana.
En la medida en que este tiempo sea consistente, tu negocio va a empezar a dar frutos y conforme lo haga, es probable que requiera esas otras cuatro o seis horas adicionales.
La pregunta, por supuesto, es ¿de dónde puedo obtener este tiempo?
Cómo tener tiempo para dar consultorías a la par del trabajo
Muchos profesionales ya tienen una agenda con actividades, responsabilidades y compromisos que la ocupan en su totalidad.
Por esa razón, quiero compartir contigo siete estrategias para que puedas tener el tiempo necesario para hacer crecer tu negocio.
Estrategia uno: Conversación familiar
Si te encuentras en una relación o ya has formado tu propia familia, entonces es importante que ambos estén alineados respecto a tu objetivo de emprendimiento.
Puedes conversar con tu pareja sobre lo que deseas lograr y el tiempo que va a requerir de ti.
Puedes conversar con él o con ella sobre de qué manera podrían habilitarse ciertas horas en tu semana para poder trabajar en ello.
Tal vez hay responsabilidades en el hogar en las cuales podría reemplazarte.
O tal vez hay acuerdos que se podrían establecer para que tengas ciertas horas de enfoque en tu negocio.
Y, por supuesto, también puedes ofrecer apoyo en otras áreas, de manera que avances en tu negocio sin descuidar aspectos importantes de tu vida personal y familiar.
Ten en cuenta que mientras más respetes los tiempos acordados y cumplas con los compromisos establecidos en el hogar, mayor soporte familiar tendrás.
Considera también aplazar o reducir algunas actividades recreativas personales.
De esa manera, demuestras que así como la familia pone su parte para apoyarte en ese negocio, tú también lo haces.
Estrategia dos: Eficiencia laboral
Una de las áreas que más tiempo nos demanda cuando emprendemos a la par del trabajo es nuestra actividad dependiente.
Por esa razón, en la medida en que encontremos forma de ser más eficientes en nuestro día a día en el trabajo, entonces crearemos los espacios necesarios para nuestro emprendimiento.
- Asegúrate de estar cien por ciento concentrado o concentrada en tus reuniones laborales.
- Conversa con tu jefe sobre las prioridades.
- Haz un análisis de los proyectos que mayor impacto tienen en tu gestión.
- Ten las conversaciones difíciles con tu equipo o con tus pares para poder hacer más eficiente la operación.
- Reduce las distracciones al mínimo posible durante el día.
- Asegúrate de comunicar tus avances y tus logros.
Y, por supuesto, establece límites en tu horario de salida. Si tienes un horario regular de ocho de la mañana a cinco de la tarde:
Pero sales a las seis, seis y media o siete de la noche, es probable que te quede poco tiempo para tu negocio.
Ponte metas para poder empezar a salir por lo menos un día a la semana a tiempo y luego que sean dos, eventualmente tres y así sucesivamente.
Trabajar de manera remota o vivir cerca del trabajo pueden ayudarnos a reducir horas adicionales en transporte.
Sin embargo, en caso de no ser posible, con no excedernos del horario laboral ya es un gran logro.
Estrategia tres: La tercera prioridad
Cuando una persona emprende a la par del trabajo, su negocio es la tercera prioridad.
- La primera prioridad es la familia.
- La segunda prioridad es el trabajo fijo y
- La tercera prioridad es el negocio propio.
Mantener este orden de prioridades ayudará a mantener cierto grado de equilibrio.
Para ello, debemos tener al menos un día cien por ciento libre en el que nos desconectemos completamente del trabajo y conectemos con las personas que amamos.
Como veíamos en el punto anterior, significa concentrarnos al cien por ciento en nuestro trabajo en los tiempos que le corresponden.
Pero también esto quiere decir que los otros proyectos que tenemos en mente estarían en una prioridad número cuatro hacia abajo.
En lo posible, es mejor, aplazarlos.
Porque es poco realista pensar que vamos a conectar con nuestra familia, vamos a tener un gran desempeño en el trabajo, vamos a crecer nuestro negocio propio.
Y, a la vez vamos a estudiar una maestría, vamos a perfeccionar nuestro inglés y vamos a emprender un negocio familiar.
En ese sentido, nuestro horario semanal debe reflejar nuestras prioridades.
Eso no quiere decir que no podamos atender otros proyectos profesionales u otras iniciativas personales.
Pero lo que quiere decir es que se van asignando y estableciendo en la medida en que las actividades familiares, del trabajo y el emprendimiento ya se encuentran agendadas.
Estrategia cuatro: Planificar la semana
Organizar nuestra semana, llevar una lista de pendientes y tener una agenda ordenada no son requisitos indispensables para el éxito laboral.
De hecho, es muy probable que hayas conseguido grandes resultados en tu vida y no necesariamente tengas todos estos hábitos implementados.
Sin embargo, cuando empezamos un nuevo proyecto que se suma a otras actividades que ya tenemos comprometidas, ayuda a tener un sistema personal de organización.
Este sistema nos orienta sobre cuáles son las prioridades para la semana, cuánto tiempo disponemos, cuánto tiempo le vamos a asignar a cada actividad y en qué momento es más probable que lo hagamos.
Sobre todo, esta organización nos ayuda a recordar lo que tenemos que hacer de esta manera no lo tenemos que cargar en nuestra mente y lo recordamos con mayor facilidad.
Por esa razón es importante que planifiques tu semana, que puedas dedicarle una o dos horas y, si lo haces de manera integral, considerando las demás áreas de tu vida, entonces tu plan será mucho más efectivo.
Trata de no desanimarte si es que en las primeras semanas lo que planificas no se cumple como lo esperabas.
La idea es que cada semana hagas ajustes en tu forma de organizarte y poco a poco encontrarás un mejor sentido de orden.
Estrategia cinco: Aprende haciendo
Existen diversas formas de aprender.
Cuando estábamos en la universidad, aprendíamos asistiendo a las clases, haciendo trabajos en grupo, exponiendo y leyendo libros.
Cuando trabajamos en una empresa, aprendemos a través de certificaciones, especializaciones o cursos de posgrado.
Todas estas formas de aprender son y de alguna u otra forma siempre serán útiles.
Sin embargo, debemos ser cuidadosos con la cantidad de horas a la semana que comprometemos a este tipo de aprendizaje.
Cuando hemos emprendido como consultores, pues una de estas especializaciones puede tomarnos entre ocho a dieciséis horas a la semana.
Tiempo que podríamos estar utilizando en emprender y hacer crecer nuestro propio negocio.
Tengamos en cuenta que cuando emprendemos como consultores, la forma más efectiva de aprender es haciendo.
Es decir, involucrándonos en los proyectos, pueden ser proyectos pequeños para empezar o proyectos medianos, ya sea por cuenta propia o en conjunto con algún otro especialista.
Por supuesto, conforme tomemos proyectos o consultorías, vamos a investigar información para poder complementar nuestro conocimiento y experiencia.
Y lo podemos hacer con lecturas, videos y conversaciones con pares. Todo esto es parte del proceso de aprender haciendo.
En ese sentido, si reemplazamos las horas de aprendizaje teóricas por un aprendizaje “en el campo”, entonces podremos recuperar horas importantes de nuestra semana.
Estrategia seis: Supera la procrastinación
Hay momentos en los cuales lo que nos falta es tiempo.
Sin embargo, a veces lo que nos detiene es una resistencia emocional que nos lleva a procrastinar.
Esta resistencia emocional suele aparecer por el temor a fallar o por el temor de concretar un nuevo proyecto y no estar a la altura.
Ambos temores nos alejan de las actividades más importantes.
Y nos llevan a distraernos con tácticas, formatos, plantillas o diseños que, si bien pueden ayudar en algún momento, no son los pasos más importantes a dar ahora.
Por esa razón, cuando no logres realizar una acción que te va a acercar a tu objetivo, debes preguntarte:
¿Qué es lo que realmente estás procrastinando en este momento?
Identificar el temor y abordarlo desde la raíz te ahorrará tiempo valioso.
Estrategia siete: Acelera la curva de aprendizaje
Pedir ayuda es una de las formas más efectivas de acelerar la curva de aprendizaje.
Especialmente si pedimos la ayuda correcta a las personas adecuadas.
Tratar de hacer todo solo por nosotros puede retrasar el proceso.
- Si no sabes por dónde empezar o ya has empezado, pero no sabes cuál es tu siguiente paso. Entonces, asesorarte con un profesional que haya atravesado ese camino y que tenga una metodología validada para guiarte en ese proceso y te brinda una estructura que puedas seguir es de gran aporte.
- Si ya tienes claro cuál es el plan a seguir, pero por alguna razón no logras implementarlo o no lo haces de forma consistente, entonces tener un coach que te brinde soporte, acompañamiento y seguimiento puede ser lo más adecuado.
- Si más allá de la dirección o la implementación sientes un bajo nivel de confianza, un alto nivel de ansiedad o un bajo nivel de motivación, entonces acudir a un profesional de la salud mental que te dé el soporte emocional que necesitas para afrontar de mejor manera tu proyecto sería lo más recomendable.
Como puedes ver, estas estrategias te permiten contar con el tiempo necesario para dar consultorías a la par del trabajo.
Y te dan la guía sobre qué hacer para organizarlo y aprovecharlo de una manera más efectiva.
Implementa las en tu vida y verás los resultados.