En este artículo conversaremos sobre el lenguaje del consultor.
Un consultor independiente es una persona que utiliza su conjunto de experiencias y habilidades para apoyar a empresas y personas.
Para hacerlo de manera sostenible, por un lado, brinda un servicio que asegure la satisfacción del cliente.
Y, por otro lado, cobra una tarifa que le permite cubrir sus expectativas de ingresos mensuales.
Es importante mencionar que no hay un momento específico en el cual alguien en el exterior nos va a brindar el título de consultor.
Por esa razón, en el momento en el que tu objetivo es generar ingresos por cuenta propia basándote en tu experiencia, entonces ya eres un consultor.
La importancia del lenguaje del consultor
Gran parte del trabajo es interno, y se encuentra en empezar a vernos a nosotros mismos como tal.
Sin embargo, es igual o incluso más importante poder expresarlo de tal manera que quienes nos rodean también lo reconozcan.
La herramienta más importante para esto, y la única herramienta, diría yo, es la comunicación.
Y, en concreto, la manera en la que el resto de personas se entera de que somos consultores es diciéndoselo.
De ahí que el consultor independiente deba adoptar un lenguaje, es decir, una forma de expresarse específica, que le posicione como un experto.
Que le permita ofrecer su soporte o acompañamiento, y le permita así abrir posibilidades en el mercado.
Cuando nos expresamos de esta manera es probable que sintamos temor.
Porque percibimos que existe una brecha entre lo que estamos diciendo y cómo nos sentimos internamente.
De hecho, esta brecha se puede hacer más grande cuando caemos en cuenta que no tenemos un servicio cien por ciento desarrollado.
Que no hemos dado consultoría antes, o que no lo hemos realizado de manera “formal”.
De ahí que nos sintamos atraídos por la idea de tratar de tener todo resuelto antes de buscar abrir nuevas oportunidades.
Cayendo así en una encrucijada en la que:
- No digo que soy consultor porque no he dado consultoría, y no doy consultoría porque no me he expresado y presentado como consultor.
- No genero una reunión porque no sé cómo manejarla, y no me siento seguro de manejar reuniones porque no las he tenido antes.
- No ofrezco un servicio porque no lo tengo listo, pero no puedo crear ese servicio porque no he entendido todavía la necesidad específica del mercado.
Olvidamos que en todos los ámbitos de nuestra vida, los proyectos en los que nos hemos involucrado empezaron con un:
“Sí, yo creo que lo puedo hacer”.
¿Acaso cuando te ofrecieron una posición de jefe, le dijiste a tu gerente “no puedo asumir la posición de jefe porque nunca he sido jefe”?
No, ¿verdad?
Tal vez lo pensaste. Tal vez sentiste inseguridad o miedo. No sabías si ibas a estar a la altura.
Todo eso pasó por tu mente, pero, probablemente, lo que dijiste fue “sí, está bien” y en el camino fuiste fortaleciendo tu experiencia en la posición.
Hasta el punto donde, probablemente, tu confianza subió y hoy en día, tomar una posición de ese tipo se te haga relativamente sencillo.
Pero para llegar a ese punto de confianza, tuviste que atravesar momentos de coraje y de valentía.
Momentos en el que buscabas un desafío, aunque no tenías todo resuelto.
Pero sabías que dentro de ti estaba el conocimiento, la experiencia, la actitud, la perseverancia y el ímpetu necesario para poder lograrlo.
Las cinco frases del lenguaje del consultor
En la consultoría es exactamente igual.
Tal vez, la única diferencia sea que no hay un jefe o un superior que va a venir a proponerte una nueva posición o un nuevo proyecto.
Si bien, en algunos casos, son los clientes los que directamente te pueden pedir ese consejo, en gran parte vas a ser tú quien proponga profundizar en algún proyecto.
Y, finalmente, vas a ser tú quien diga: “sí, hagámoslo”, “sí, lo podemos ver”.
Por esa razón, quiero compartir contigo cinco frases o componentes importantes dentro del lenguaje del consultor.
Más allá del contenido específico de estas frases, que tú vas a poder establecer de manera específica sobre la base de tu experiencia.
Puedes usar las frases como guía para expresar lo que haces y lo que puedes hacer.
Frase número uno del lenguaje del consultor: “Soy consultor”
Es importante que empieces a presentarte como consultor.
Para eso, puedes usar frases como “soy consultor” o “me desempeño como consultor”.
Si realizas otras actividades, puedes decir, “soy gerente de finanzas en la empresa A y soy consultor independiente”.
O “soy gerente de finanzas en la empresa tal y tengo un negocio de consultoría”
La recomendación, como puedes ver es mencionarlo en presente. Pero si no te sientes preparado o preparada, puedes usar una frase alternativa.
Como, por ejemplo, “estoy iniciando mi negocio de consultoría” o “estoy explorando oportunidades para desempeñarme como consultor”.
Evita decir frases como “estoy preparándome como consultor” o “estoy viendo la forma de ser consultor”.
Estas frases no le hacen justicia a tu nivel de experiencia, confianza y capacidades.
Frase número dos del lenguaje del consultor: “Doy consultorías, asesorías, talleres y capacitaciones”
Puedes decir, doy consultorías y capacitaciones para empresas, del tema A, del tema B y del tema C.
Doy asesorías y talleres para personas profesionales dentro del sector A, B y C.
Debemos recordar que la consultoría, visto desde una perspectiva más amplia, incluye diversos tipos de actividades.
Desde la consultoría en sí misma, como asesorías, el mentoring, los talleres, etcétera.
Tú, como experto en la materia que manejas, puedes utilizar estos diversos vehículos, herramientas o formatos para poder transmitir esa experiencia.
Incluso, si anteriormente no has dado capacitación o mentoring, tienes el insumo más valioso dentro de ti.
La habilidad para transmitirlo es algo que vas a desarrollar con la práctica y conforme lo vayas haciendo.
Abrir el panorama de todas las maneras en las que puedes llevar tu experiencia a las empresas o a las personas es clave.
Conforme brindes servicios y vayas identificando cuál es el segmento en el cual deseas especializarte, entonces, puedes ir acotando este planteamiento.
Si no te sientes preparado para decir frases como estas, entonces puedes utilizar frases alternativas como:
“Estoy explorando oportunidades para volcar mi experiencia en otras compañías y ayudarles sobre la base de lo sé”.
“Uno de mis objetivos ahora es contribuir con personas y empresas con la experiencia que he acumulado a lo largo de estos años”.
Frase número tres del lenguaje del consultor: “reunámonos”
Cuando somos consultores, uno de los usos más productivos de nuestro tiempo es reunirnos con clientes y con potenciales clientes.
Hoy en día, estas reuniones pueden ser, principalmente, por Zoom o, en algunos casos, puedes proponer una llamada.
Lo importante es que sea un tiempo usado para conversar con la persona, conocer sus objetivos y qué barreras evitan que los logren.
Por esa razón, una frase que debemos utilizar a menudo es “reunámonos”, o, “¿qué te parece si nos reunimos para conversar un poco más al respecto?”
También podrías decir “¿qué te parece si nos reunimos para que me cuentes un poco más sobre este punto?”.
O, “¿qué te parece si nos reunimos y te muestro una plantilla, un esquema, un diagrama de cómo yo manejo estas situaciones?”.
El objetivo de la reunión es que, por un lado, puedas ayudar.
De hecho, escuchando su desafío ya va a ser una ayuda importante, porque conforme esa persona te exprese los retos, va a ordenar sus ideas.
Pero, adicionalmente, aportarás ideas. En ese sentido, esa reunión va a ser muy valiosa para él o ella.
Por otro lado, el objetivo es que, al ayudarle, le estás demostrando que este tipo de reuniones o interacciones contigo pueden ser valiosas para su futuro.
En ese sentido, al final de la reunión, es muy probable que te pregunte cómo más puedes ayudarle, y ese sea el inicio de una eventual propuesta.
Frase número cuatro del lenguaje del consultor: “puedo ayudarte con esto”
Conforme conozcas la necesidad de la otra persona podrás reconocer que tu experiencia puede ser de valor para contribuir con dicha solución.
Entonces puedes utilizar frases como “yo puedo ayudarte con esto”, “puedo acompañarte en este proceso”, o “cuenta conmigo para el proyecto”.
Puede ser que, en ese preciso instante, no tengas definido cuál sería el plan de trabajo que utilizarías para poder abordar ese desafío o problema.
Pero, al expresar estas frases, la otra persona sabe que cuenta con tu disposición, con tu criterio y tu experiencia para avanzar hacia esa dirección.
Si no te sientes cómodo o cómoda al expresar esta frase, puedes utilizar comentarios como:
“Tengo la experiencia en A, y si gustas, puedo ver de qué manera se puede aplicar a B”.
Frase número cinco del lenguaje del consultor: “te propongo”
Para este punto, es posible que la otra persona te pregunte de qué manera pueden trabajar juntos o de qué forma le puedes apoyar.
Ambas preguntas están enfocadas a una solicitud comercial que, por supuesto, es uno de los grandes objetivos que tenemos.
Recordando, claro, que no todas las interacciones van a terminar ahí en el corto plazo.
Probablemente, muchas interacciones sean la construcción de un vínculo de un mediano o largo plazo en el que se irán generando esas oportunidades.
Lo importante es decir que “sí”, si nos solicitan el apoyo. Pero también es vital poder proponer ese soporte..
Para eso, podemos usar frases como, “te propongo armar un plan de trabajo”, “te propongo ayudarte con estos tres elementos”.
O, “te propongo armar un esquema borrador sobre el cual podemos lineamiento general”.
Si acepta este planteamiento, entonces, tendrás unos días para poder prepararlo de mejor manera.
Si no te sientes cómodo o cómoda usando estas frases, puedes usar algunas alternativas, como, “déjame ordenar algunas ideas en base a lo que hemos conversado y veo si puedo plantearte algo”.
Resumen
En resumen, lo importante es que empieces a utilizar el lenguaje del consultor.
Específicamente, las frases:
- Soy consultor
- Brindo asesorías, capacitaciones, talleres
- Reunámonos
- Yo puedo ayudarte con esto y
- Te propongo lo siguiente
En la medida en la que utilices el lenguaje del consultor, entonces, podrás abrir más oportunidades para tu práctica independiente.
