Cuatro paradigmas que no te permiten perder el miedo a cobrar
Creencia 1: “No hay personas dispuestas a pagar por mis servicios”
Esta es una idea común y nos la planteamos en diferentes versiones. Como por ejemplo:
- ¿Quién va a pagar por lo que hago?
- ¿Realmente habrá gente dispuesta a pagar por lo que hago?
- ¿Por qué alguien me pagaría a mí si toda la información está en internet?
Y, mientras tengamos esta creencia, no vamos a poder perder el miedo a cobrar.
Entonces, para cambiarla, te voy a pedir que hagamos el siguiente ejercicio.
Quiero que hagas una lista de cinco cosas por las en algún momento has pagado para aprender.
Tal vez pagaste para aprender inglés, aprender a negociar, aprender estrategias de marketing o habilidades de diseño.
Cuando termines, añade algunas cosas por las que pagarías por aprender, si tuvieras el dinero suficiente.
Es decir, si tuvieras unos cinco mil o diez mil soles extras al mes, ¿cuáles son algunas cosas por las que pagarías para aprender?
¿Pagarías para aprender a bailar, a ser una persona más sociable, conseguir un ascenso y/o para hacer crecer tu negocio?
Luego, haz una lista de cursos, programas o asesorías que te gustaría que existiera y, de hacerlo, tú pagarías por ello.
Ahora que tienes esta lista al frente, probablemente te has dado cuenta de que las personas ya pagamos por servicios que valoramos.
Lo hemos hecho durante años, lo seguimos haciendo y lo seguiremos haciendo.
Y es que la nueva creencia que quiero que tengas presente es que las personas ya pagamos por servicios que valoramos.
Ahora tú puedes ser quien provee dicho servicio. ¿Notas la diferencia entre esta nueva forma de ver las cosas?
Creencia 2: “Necesito ser un experto en todo para cobrar por mis servicios”
Esta creencia nos lleva a auto sabotearnos, pues no permite que tengamos la confianza necesaria para poder perder el miedo a cobrar.
O, muchas veces, nos trae esta pregunta a la mente de ¿quién soy yo para cobrar por esto?
Y es normal tener esta creencia, estos miedos. Pero también es importante desarrollar una nueva creencia para poder crecer.
Para eso te pido que hagamos el siguiente ejercicio: quiero que pienses en una o dos personas que admiras.
Cuando identifiques a estas personas, reflexiona sobre la razón por la cual los admiras. ¿En qué son capaces o expertos?
Piensa ahora en qué no son buenos, en qué no son expertas.
Imagina, por ejemplo, Elon Musk, el fundador de PayPal, de Tesla, de Solar City y de SpaceX.
Él es experto desarrollando negocios innovadores, especialmente de tecnología, pero, ¿en qué no es bueno?
Lo más probable es que Elon no sea el mejor chef, ni el mejor diseñador gráfico. Seguramente, tú y yo somos mejor que él en algo en particular.
Y de la misma forma funciona en las demás áreas de la vida. Algunas personas son buenas en algo y en otras cosas, no.
No solamente es natural destacar en algo y no destacar en lo demás, sino que es necesario.
Las personas que más éxito tienen en la vida son aquellas que, de manera proactiva, deciden en qué no ser buenas.
Saben que es importante delegar, formar equipos y contratar a los mejores en su campo.
La mentalidad que ha adoptado es “no necesito ser perfecto ni un experto en todo para crecer”.
De la misma manera, como consultor, no necesitas saber todo. Basta con que tengas la capacidad de resolver un problema.
Es lo único que necesitas para tener un negocio de consultoría rentable.
Creencia 3: “No sé en qué soy lo suficientemente bueno como para cobrar por ello”
Ahora vamos a cambiar la tercera creencia. Para ello, regresaremos a nuestra lista.
Haz una lista de las habilidades que has desarrollado a lo largo de tu vida. Incluye los conocimientos que has obtenido y los retos que has superado.
Conforme vas haciendo la lista, reflexiona sobre lo que a los demás se les hace difícil, pero a ti se te hace fácil.
Mientras haces el ejercicio, es natural que tu mente te empiece a mostrar habilidades o conocimientos que no posees.
No te preocupes por ello, simplemente respira y regresa tu enfoque hacia los conocimientos que ya tienes, la experiencia que ya has obtenido.
Puedes pensar también en aquello en lo que las personas te piden consejos.
En lugar de pensar no sé en qué soy lo suficientemente bueno como para cobrar por ello, vamos a decir:
Con más de diez años de experiencia está garantizado que soy bueno en algo.
Piénsalo, ¿cuántos años llevas trabajando?, ¿cuántos años de carrera profesional y de vida tienes?
Durante todos estos años has ido desarrollando habilidades, obteniendo conocimiento y superando retos.
Y hay personas a tu alrededor, y al otro lado del mundo, que están pasando por situaciones que tú ya viviste.
Tú puedes apoyarlas a pasar de donde están ahora, a donde quieren estar.
Creencia 4: “Si gano más dinero, significa que me estoy aprovechando de la gente”
Te sorprendería saber que esta es una creencia común. La idea de que está mal ganar más, de que si estoy cobrando de repente no estoy siendo bueno.
O, “no es justo por cobrar algo que disfruto hacer”. Para cambiar esta creencia quiero que pienses en qué gastas tu dinero.
Cuando compras algo, dime, ¿por qué lo haces? Piensa, por ejemplo, en las últimas cinco cosas que has comprado, ¿por qué las compraste?
Lo más probable es que lo hayas hecho porque querías. Porque tenías un beneficio al comprarlo, porque te hacías sentir bien.
Te hacía sentir mejor, solucionaba algún problema, ¿verdad?
Y si tú, al comprar un servicio, te beneficias, ¿qué consideras que sucede cuando tú eres el que proveedor dicho servicio?
Como te lo puedes imaginar, la persona que te contrata se está beneficiando de tu servicio.
Y es más, te hago esta pregunta, ¿qué servicios no te gustaría que dejen de existir?
Lo más probable, por ejemplo, es que no te gustaría que los restaurantes dejen de trabajar.
Imagina que un día salgas y no hay ningún restaurante abierto. Sería complejo, ¿verdad?
Lo más probable es que tampoco te gustaría que las personas dejen de diseñar ropa, o de hacer transporte.
De la misma forma ocurre con servicios profesionales, con el abogado, el contador, el financiero, etc.
¿Por qué? Porque todos estos servicios aportan valor a tu vida.
Y si nosotros no queremos que dejen de existir ciertos servicios, ¿qué dice todo esto sobre tu servicio?
Básicamente, dice que si tú no ofreces tu servicio, estás evitando aportar valor en la vida de alguien más.
Cuando, en cambio, creas tu servicio, entonces puedes impactar positivamente en las personas.
A su vez, por supuesto, generas un mayor ingreso.
De hecho, el dinero que generas es directamente proporcional a la cantidad de valor que agregas en el mundo.
Cuando entendemos esto, entonces alineamos nuestra forma de pensar a nuestros deseos para avanzar hacia nuestros objetivos.
Que, en este caso, es tener un negocio de consultoría rentable.
Conclusión
Perder el miedo a cobrar por tus servicios es fundamental para emprender como consultor independiente.
Al reconocer y desafiar estas creencias limitantes, podrás establecer precios adecuados por tu trabajo y ayudar a más personas a alcanzar sus objetivos.
Recuerda, el dinero es simplemente el reconocimiento del valor que estás aportando al mundo.
Mereces ser compensado adecuadamente por tu conocimiento y experiencia.